La idea para este proyecto ha surgido de crear algo que esté relacionado de alguna manera con mi realidad, en concreto con mi cotidianidad. Mi casa es un lugar recurrente donde habito gran parte del día. Tras descartar un par de ideas, decidí hacer algo que esté relacionado, no solo con mi entorno, si no con las personas con las que lo comparto. Para las ideas descartadas había pensado en hacer algo tipo street art, banksy por ejemplo o graffiti, así que pensé en decorar un muro, pero de casa. No me costó demasiado obtener el “vistiplau” del resto de la familia, a cambio, claro, de colaborar en el mural. La localización sería una pared de la habitación de Tomàs, mi hijo. Vivimos en un piso del barrio barcelonés del Guinardó y me he dado cuenta de que no veo ningún árbol ni naturaleza desde las ventanas del piso, por eso me gustaría que tuviéramos una representación de la naturaleza. El momento que más tiempo pasamos en la habitación es “la hora de dormir”,  que es un momento de calma, donde vemos cuentos y contamos historias. Un decorado que, por un momento, consiga distraer nuestra atención  y abstraernos de nuestra rutina, en calma y sin darnos nos quedemos dormidos.